La igualdad de género en el mundo educativo: El profesorado no puede enfrentarse, ni poner remedio a toda una sociedad. Aun así, como agente socializador y transmisor de conocimientos, el profesorado sí puede hacer algo importante. Es necesario que el profesorado conozca esta realidad, transmita nuevas formas el conocimiento y creen nuevos modelos.
Para realizar esto, venimos hablando de la perspectiva de género.
Antes de comenzar me gustaría recordarte que en Deportae contamos con el Curso de Igualdad de género. Por si te interesa profundizar más en el tema.
Hemos de mirar la realidad siendo conscientes de que se han construido diferencias según el sexo que provocan que tengamos distintas conductas, roles, profesiones, etc. Esto es la base de muchas problemáticas sociales, entre ellas la de violencia de género.
Si damos a nuestro alumnado nuevas herramientas y conocimientos podrán tener otras respuestasante la realidad que se les presenta. Si se apoyan conocimientos que contribuyan a que las personas miren de manera crítica su entorno, podrán tomar decisiones más acorde con sus necesidades y objetivos.
Igualdad de género en el mundo educativo
Cómo aplicamos la perspectiva de género: La llegada a la educación de la perspectiva de género se ha formalizado a través del concepto COEDUCACIÓN. En Deportae contamos con un curso online de coeducación.
Por lo que, lo primero que hay que hacer es una formación del profesorado, primer objetivo que marcábamos en el curso: crear una visión de la realidad social desde la perspectiva de género.
Para alcanzar este objetivo de Igualdad de género en el mundo educativo, hemos expuesto en esta primera parte del curso conceptos necesarios para analizar la sociedad desde otros términos y la corriente teórica (el feminismo) que trabaja sobre esto, así como la necesidad de dicho enfoque.
Ahora, vamos a señalar una serie de pasos que deberíamos seguir para que este nuevo enfoque llegue a nuestras aulas, en los cuales incluimos como primer paso esa toma de conciencia previa. Queremos insistir en esto porque sin un aprendizaje propio no se puede hacer una trasmisión al resto.
1. Toma de conciencia y formación de la persona docente.
2. Cambio de prácticas propias como docente.
3. Uso de un lenguaje incluyente.
4. Uso de materiales que muestren otra realidad.
5. Ocupación del espacio en el aula.
6. Conocimiento aplicado, llevarlo a su cotidianidad.
7. Disfrute de las nuevas formas de visión y relación.
Formación de la persona docente en Igualdad de género
El profesorado tiene que comenzar formándose y siendo crítico con sus propias prácticas y discursos.
Los estereotipos, son las imágenes que socialmente se aceptan y que son acogidas como inmutables, pero que sabemos se pueden modificar y es necesario modificarlos. Nuevas prácticas y formas de pensamiento crearán otras formas de ser mujeres y hombres, lo que producirá cambios. Pero primero, hemos de conocer esos estereotipos, ver cómo se construyen y así generar formas creativas para cambiarlos (ver curso de estereotipos).
El lenguaje, es parte fundamental en la creación de la realidad. Lo que nombramos lo creamos y lo que no se nombra está ausente y no se conoce su existencia. Así, las mujeres han quedado fuera del lenguaje y no se las ha nombrado. El masculino genérico es una manifestación de que lo masculino es el referente y el sinónimo de “ser humano”.
Las/os profesoras/es, hemos de ser conscientes de que cuando explicamos algo en clase usamos un vocabulario que está construido desde un imaginario patriarcal. Que, con nuestras actitudes hacia el alumnado, el abordaje de las cuestiones que nos presentan, el uso de ejemplos en clase, etc., estamos contribuyendo, o bien a reforzar estereotipos limitantes o, por el contrario, a crear nuevos imaginarios.
De manera que, el primer paso es hacer una toma de conciencia propia y ver cuáles son nuestros conocimientos sobre el tema, revisar nuestro uso del lenguaje, reconocer los estereotipos que operan en nuestro entorno, ver si como mujer o como hombre nos sentimos desplazadas en ciertas tomas de decisiones en el centro (o grupo), revisar en qué se sostiene nuestra autoestima, etc.
Este paso previo permite poder trabajar luego con las otras personas.